
¡¡¡CAMPEÓN!!!
Rafa Nadal conquistó su primer Wimbledon tras derrotar a Roger Federer por 6-4, 6-4, 6-7 (5), 6-7 (8) y 9-7 en una final épica que fue interrupida dos veces por la lluvia y que acabó casi de noche. El manacorí acabó con la racha de cinco triunfos consecutivos del suizo en Londres,
Nadal: "Es imposible describir lo que siento, este es mi torneo favorito"

Nadal, exultante tras lograr su quinto Grand Slam, alabó a su rival, Roger Federer, a quien privó de la sexta corona consecutiva en el Old England Club. "Para mí, sigue siendo el mejor, el número uno, ha ganado cinco veces consecutivas aquí en Wimbledon y yo sólo una", indicó el tenista manacorí de 22 años.
El flamante campeón de Wimbledon calificó la actitud del número uno del mundo como "ejemplar, tanto cuando gana como cuando pierde" y agradeció a todo el público "el apoyo mostrado durante todo el torneo". También tuvo palabras de agradecimiento para sus familiares y para los Príncipes de Asturias "por ir a verle en la final".
Por su parte, Federer reconoció "haberlo intentado todo". "Rafa se lo merece porque ha jugado fantásticamente bien. La lluvia no lo hizo fácil, pero el año que viene volveré a intentar ganar aquí", aseguró el suizo.
Eran las 22:16 cuando la última bola dictó sentencia: Nadal, ganador. El tremendo duelo entre estos dos hombres, él y Federer, empieza a decantarse. Hace tres años que no hay otra final ni en Roland Garros ni en Wimbledon que la que les enfrenta a ellos. Hasta ahora se las repartían equitativamente: para Nadal la tierra, para Federer la hierba. Pero ya no es así. Nadal ha ganado en hierba, en Wimbledon, en la catedral, y desde hoy Federer es un poquito menos número uno, y Nadal un poquito menos número dos. Su triunfo homérico en el partido de ayer anuncia nuevas victorias. Nadal es insaciable.
Aún le queda ganar los otros dos 'grand slam'. Confiemos. Hace poco nos parecía imposible que adaptara su juego a la hierba con tanta perfección como para batir a Federer, esa especie de máquina de precisión a la que sólo el polvo de ladrillo altera los circuitos. Pero Nadal tenía fijado su objetivo y ha sabido, mérito inmenso, ser inconformista, rechazar la tentación de contentarse con su insultante superioridad en tierra, y ha trabajado para conseguir esto: Wimbledon. Una de las cumbres del deporte, el rincón favorito del tenis, el torneo que respeta las viejas liturgias y se endulza con fresas y nata.
Santana, Conchita, ahora Nadal... En ese sagrado césped han escaseado los triunfos españoles. Nuestro país de secano ve esa superficie como algo extraño, de ahí que no haya correspondencia entre los numerosos éxitos en Roland Garros con los resultados en Wimbledon. Pero Nadal no tiene freno. Se le ve en el juego, en la pasión con que se entrega, en sus explosiones de alegría en cada bola. No es pose. Siente así la vida y siente así el tenis. En los entrenamientos pone el mismo afán que en los partidos. Eso le ha permitido convertir su tenis, mejorar el saque y el revés y darnos esta inmensa alegría. Mil gracias.
EL PUNTAZO:
BREVE HISTORIA DEL MITO :
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