Bradl se estrena y Olivé consigue su cuarto podio de la temporada
Stefan Bradl consiguió en la carrera de 125 c.c. del Gran Premio de la República Checa su primera victoria en el Mundial. Le acompañaron en el podio Mike di Meglio, que d
e esta manera incrementa su ventaja en la clasificación general, y Joan Olivé, que subió así por cuarta vez al cajón en lo que va de temporada. La cuarta posición fue para el actual campeón mundial, Gabor Talmacsi, y la quinta para Nico Terol.
Bradl, hijo del ex piloto alemán Helmut Bradl y actual campeón de España de 125 c.c., hizo una carrera muy inteligente: saltó del habitual grupo salvaje que lucha por la victoria en la categoría e imprimió un ritmo muy fuerte que le permitió poner un segundo de margen que sus rivales no pudieron enjugar. Di Meglio fue el que lo intentó con más tesón y a punto estuvo de conseguirlo, pero al final tuvo que conformarse con el segundo puesto. El francés entró en meta con el brazo en alto, consciente de que ha incrementado todavía más su ventaja al frente de la clasificación (le saca ya 44 puntos a Simone Corsi, décimo en Brno).La emoción al final estuvo en la lucha por el tercer puesto entre Olivé y Talmacsi, que se resolvió a favor del español. Es el cuarto podio que logra esta temporada, tras las segundas plazas de Qatar, Portugal y Holanda, y se mantiene quinto en el Mundial. Precisamente en esa posición, la quinta, concluyó Nico Terol la carrera checa; a poco del final cometió un error y no pudo disputarle el cajón a Olivé y Talmacsi, con los que peleó en el tramo final de la carrera.
Caída de Marc Márquez
e esta manera incrementa su ventaja en la clasificación general, y Joan Olivé, que subió así por cuarta vez al cajón en lo que va de temporada. La cuarta posición fue para el actual campeón mundial, Gabor Talmacsi, y la quinta para Nico Terol.Bradl, hijo del ex piloto alemán Helmut Bradl y actual campeón de España de 125 c.c., hizo una carrera muy inteligente: saltó del habitual grupo salvaje que lucha por la victoria en la categoría e imprimió un ritmo muy fuerte que le permitió poner un segundo de margen que sus rivales no pudieron enjugar. Di Meglio fue el que lo intentó con más tesón y a punto estuvo de conseguirlo, pero al final tuvo que conformarse con el segundo puesto. El francés entró en meta con el brazo en alto, consciente de que ha incrementado todavía más su ventaja al frente de la clasificación (le saca ya 44 puntos a Simone Corsi, décimo en Brno).La emoción al final estuvo en la lucha por el tercer puesto entre Olivé y Talmacsi, que se resolvió a favor del español. Es el cuarto podio que logra esta temporada, tras las segundas plazas de Qatar, Portugal y Holanda, y se mantiene quinto en el Mundial. Precisamente en esa posición, la quinta, concluyó Nico Terol la carrera checa; a poco del final cometió un error y no pudo disputarle el cajón a Olivé y Talmacsi, con los que peleó en el tramo final de la carrera.
Caída de Marc Márquez
Otros tres españoles entraron en los puntos en Brno: Pol Espargaró, que fue octavo; Sergio Gadea, duodécimo, y Tito Rabat, decimotercero. El jovencísimo Marc Márquez sufrió una caída sin consecuencias. Fuera de los puntos acabaron Pablo Nieto, decimosexto; Efrén Vázquez, decimoctavo, y Pere Tutusaus, vigésimo.
Debón y Bautista se cuelgan las medallas de oro y plata en Brno
Álex Debón ganó la carrera de 250 c.c. del Gran Premio de la República Checa por delante de Álvaro Bautista y Marco Simoncelli. Fue un final emocionantísimo que puso en pie al público del circuito de Brno. Simoncelli, líder del Mundial, acariciaba la victoria pero Debón y Bautista le robaron la cartera en la última vuelta y consiguieron el doblete español.Cuarto concluyó Héctor Barberá, protagonista de una sensacional remontada en el tramo final, mientras que Héctor Faubel fue octavo, Aleix Espararó décimo y Julián Simón duodécimo. Fuera de los puntos acabó Russell Gómez, vigésimo primero.
Barberá se quedó a un paso del podio
Barberá se quedó a un paso del podio
Debón realizó una carrera magistral premiada con la victoria, la segunda que consigue tras el estreno de Francia. Superó a Simoncelli a mitad de carrera y a partir de ahí mantuvo el liderato con mano de hierro pese a los ataques del italiano y de Bautista, que realizó una gran remontada desde el décimo lugar que ocupó en la parrilla. Con la agresividad que le caracteriza, Marco superó a Álex a dos vueltas del final y puso unos metros de ventaja, pero con la meta ya a la vista tanto el de Vall d'Uxó como Bautista se le colaron por el interior y firmaron el doblete español.Más atrás, Barberá peleó toda la carrera con Mika Kallio, al que superó a poco del final. Después, Héctor apretó los dientes y, tras marcar la vuelta rápida de la carrera, se pegó a la rueda trasera de Bautista, pero ya no pudo progresar más y se quedó a un peldaño del podio. Fue una carrera limpia, con sólo dos caídas, las de uno de los héroes locales, Karel Abraham, y la de Thomas Lüthi, que llegó a luchar con Simoncelli por el podio.A pesar de la decepción que le supuso perder la victoria al final y de quejarse de problemas de puesta a punto en su Gilera, lo cierto es que Simoncelli le sacó otros cinco puntos a Kallio y que la ventaja del italiano en la clasificación general es, a seis grandes premios del final, de 16. Debón es tercero, con un punto de ventaja sobre Bautista y a 41 de Marco.
MOTO GP
Valentino acaricia el título y Toni Elías vuelve a sentirse piloto
Hace tres grandes premios había un Mundial. Ahora sólo quedan rescoldos de aquel litigio a tres bandas que prometía un desenlace trepidante. Por medio, una secuencia de dos victorias en línea para Rossi y varios movimientos erróneos de Michelin con consecuencias catastróficas, han dejado lo que parecía un fértil campeonato reducido a categoría de erial. Valentino se ha quedado solo y, lo peor, los adversarios se han quedado sin armamento pesado para derribarlo en su huida hacia el octavo título. "El Mundial casi se ha acabado", hubo de admitir Pedrosa, que firmó la peor carrera de toda su vida deportiva en MotoGP por culpa de unos neumáticos que lo relegaron a la penúltima posición. "No podía sostenerme sobre la moto", dijo después. 
Precipitación

Precipitación
Stoner falló de nuevo. Y de cada error suyo Rossi saca una tajada de puntos enorme. Dos carreras, de hecho, han bastado para que Vale deje casi sentenciado el campeonato. Dos carreras que anticipaban un triunfo rotundo del campeón se convirtieron, bien por el sello inconfundible del italiano bien por la precipitación de Stoner, en terreno abonado para el de Yamaha que con 50 puntos de diferencia sobre el australiano sólo tendrá que gestionar adecuadamente su renta para avistar el Mundial sin ninguna presión. "Mi objetivo es el Mundial, pero no esperaré a Stoner", bromeaba el italiano. "Si él me hubiera esperado el año pasado…. Al contrario, pilotó hasta el final como un loco y así espero hacerlo yo", advirtió a aquellos que intenten adivinar relajación en Rossi. Casey, para responder, no se pliega. "No tiraré la toalla", le replica.Igual que en Laguna Seca, Rossi intentó minar psicológicamente a Stoner. Pero esta carrera era diferente. Vale estaba más cerca. Y Casey se vio forzado a luchar quizás por encima de sus límites. Según Rossi, el de Ducati se cayó, sencillamente, "porque yo iba un poco más fuerte y él no quería terminar segundo. Ha buscado dos o tres décimas que no había y ha fallado. Sabía que recogería de un momento a otro, era cuestión de tiempo". Así de tajante. Pero tampoco el aussie estaba en plenitud. La fiebre y el malestar de los últimos días lo habían debilitado. La séptima vuelta fue la sepultura para Stoner. En el curvón de derechas se dio de bruces contra el suelo. "Le había recortado tres décimas en esa vuelta", apuntó Vale como motivo último de la caída. El campeón se repuso, levantó la moto y arrancó de nuevo, pero algo estaba roto. Más en el ánimo de Stoner que en la moto, desarticulada por el impacto.
Una carrera extraña
Una carrera extraña
La de Brno fue una carrera extraña. Por los antecedentes y el tufo a crisis en Michelin, por la eliminación previa de todos sus pilotos, por la enorme distancia del binomio Rossi-Stoner respecto al resto… De hecho, se pudieron contemplar dos categorías en una. La de los inalcanzables, que rodaron hasta segundo y medio más veloces que el resto (Stoner destrozó el récord ya en la tercera vuelta). Y luego la de los humanos. En esta segunda el más aplicado fue Elías. Con las variables en su sitio y tras una mejoría mecánica sustancial (Toni dice tener más tracción, más sensaciones detrás con las piezas que le trajeron a Sachsenring) Toni es capaz de todo. Partía en quinta fila y salió "horrible", pero su confianza sirvió para aplacar unos nervios que le llevaron a a calar la moto en el warm up.Elías, por detrás de un solitario Valentino, remontó desde la decimotercera plaza hasta la segunda, con un reguero de adelantamientos made in Elías. "Antes no podía", lamenta el español, que reconoce que durante casi la mitad del año, sin apoyo de la fábrica, ha tenido que estar "mucho tiempo de brazos cruzados". Pero el viento ha cambiado de dirección. "En Laguna ya pude haber hecho podio". En Brno le llegó la hora. Y en un momento delicado para Ducati, Elías defendió la dignidad a la fábrica en el día en el que Stoner entregaba –sin quererlo- el Mundial.Rossi era el más feliz. La victoria estaba muy bien, pero en el fondo, su festejo iba más asociado al golpe de efecto al campeonato. En el mismo lugar donde logró la primera victoria de su vida en el Mundial y donde en 2001 consiguió asegurarse su primer título de 500, Vale mostró por dónde llegará el octavo.

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